¿Nos ofrece la Biblia ayuda para la disciplina de la oración? Claro que sí. Pero en ninguna parte la Biblia dice: “Orarás en intervalos de ______”. Encontramos a diversos personajes bíblicos orando a todas horas del día, pero poco se especifica sobre la duración. David oró en la noche (Sal 42:8), como también lo hizo nuestro Salvador (Mr 14:32). Nuestro Señor Jesús también oró temprano en la mañana (Mr 1:35). Las oraciones de Pablo parecen ser esporádicas, elevadas cuando era impulsado a alabar y cuando las necesidades se hacían evidentes.
No obstante, es instructivo notar la longitud de las oraciones registradas en las Escrituras. Comencemos con la oración modelo de nuestro Señor (Mt 6:8-13); ahí encontramos brevedad. Aun si fuera un “esquema de oración” para ser rellenado, yo te recordaría que nuestro Señor introdujo estos pocos versículos con las siguientes palabras: “Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido” (Mt 6:7). Aquí Él enfatiza la calidad por encima de la cantidad (repetición). En la Biblia abundan los ejemplos de oraciones cortas. Moisés clamó al Señor por misericordia en un momento crucial, y su oración ocupa cuatro versículos (Dt 9:26-29). Elías oró para defender el honor de Dios en dos versículos (1 Re 18:36-37). La oración más crítica de Nehemías tomó siete versículos enormes (Neh 1:5-11). Todas las oraciones registradas de Pablo son cortas (por ejemplo, Flp 1:9-11; Col 1:9-12). Incluso la oración de nuestro Señor como Sumo Sacerdote registrada en Juan 17 es corta. Léela en voz alta en algún momento y cronométralo, probablemente toma unos tres minutos.
Sí, a veces nos encontramos pasando un tiempo extendido en oración, pero la duración no es lo más importante. La clave está en orar la Biblia. Una guía útil para esto se encuentra en el Catecismo Menor de Westminster 98-107. Usemos las palabras de Dios y “[oremos] sin cesar” (1 Tes 5:17). Es decir, siempre que veamos algo digno de alabanza en la vida cotidiana, alabemos a Dios. Siempre que recordemos algo digno de agradecimiento durante el día, démosle gracias. Tan pronto veamos a un pecador, pidamos a Dios por éste. Siempre que seamos tentados, clamemos a Él. Esas oraciones serán cortas pero eficaces si oramos con fe (Mt 21:22). Aquí va una mejor respuesta a la pregunta “¿Por cuánto tiempo debo orar?”: hasta que mueras.
Este artículo fue publicado originalmente en Tabletalk Magazine
2 Comentarios
Hola buenas tardes! Muchas gracias por estar!de hecho nosoy muy Religioso, pero soy Temeroso de Dios y creo en el!soy un hombre de fé,y lo declaro como My único Salvador! Pero me gusta orar en Soledad,,y darle gracias Por todo lo bueno y lo malo que me da
ResponderEliminarYo solo le dijo : Tu sabes Señor , tu sabes.....nada más. El sabe todo lo que necesito y todo lo que me pasa. Solo eso y espero con fé.
ResponderEliminarGracias por escribirnos.