Es como si Cristo dijera: “Si la paz que recibís de mí consiste en lo mismo que la paz mundana (dinero, comodidad y felicidad carnal), tendréis toda la razón del mundo para lamentaros en mi funeral.
¡No!, podéis esperar problemas y persecución. Pero siempre estaréis seguros de que la paz que os dejo no reside en las propiedades, sino en los corazones.
Mi consuelo no estriba en oro y plata, sino en el perdón de pecados y la esperanza de gloria. La paz que os dará el Consolador, que viene de mí para morar en vosotros, durará más que todo el gozo del mundo”.
* William Gurnall, teólogo inglés, nació en Walpole, Norfolk, en 1617 y murió en Lavenham, Suffolk, el 12 de octubre de 1679
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