Tarde o temprano, tu último día en la tierra llegará. Tal vez sea esta semana o quizá en mucho tiempo, pero un día te levantarás y te des cuenta o no, será tu último día. ¿Qué pasará contigo entonces?
Jesús nos habló del cielo. Él vino al mundo para que nosotros pudiéramos ir ahí. Nada es más importante que poder llegar al cielo. Esto importa más que tu trabajo, tus negocios, o tu dinero.
Nuestro Señor contó una historia sobre un hombre que estaba demasiado involucrado en su trabajo. El negocio estaba floreciendo y estaba trabajando en una expansión. No hay nada malo con hacer crecer tu negocio, pero este hombre dijo algo muy interesante: «Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes» (12:18).
Este hombre era un planeador. Pero Dios le dijo a este hombre que era un necio, porque al prepararse para el futuro, perdió de vista lo más importante. Tu plan para el futuro puede incluir 10, 20, o 30 años después de retirarte, ¿pero luego qué? Un día dejarás este mundo y todo lo que posees. Planear y prepararte para los años que tienes en este mundo es bueno y sabio, pero olvidar la eternidad que está después de este mundo, sería la más grande necedad.
¿Qué tan bien preparado estás para el futuro que sigue después de este mundo?
Fragmento extraído del libro El cielo: Un devocional de 30 días, escrito por Colin S. Smith
* Colin Smith es el pastor emérito en The Orchard Evangelical Free Church, en los suburbios de Chicago, y es un miembro del concilio de The Gospel Coalition. Es el fundador y pastor de enseñanza de Abre la Biblia y el autor de varios recursos.
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